El planteamiento teórico estaba bien: un disco duro con una capacidad
de hasta un tera (1.000 gigas) y un localizador para no perderlo. Y
¿quién va a perder un disco duro de un tera?, preguntaréis. Pues en este
caso es bastante fácil: es muy pequeño, como veréis más adelante.
El fallo de ese planteamiento teórico inicial es que el G-tag digamos
que no es el mejor localizador que hemos probado. En realidad, funciona
mejor como avisador que como localizador. Si eres olvidadizo y colocas
uno de estos G-tag en la funda de la mochila, por ejemplo, y configuras
la aplicación para ello, te avisará con una alarma en el móvil en cuanto
salgas de su radio de acción. También se puede programar al revés, para
que te avise cuando entres en esa zona, y te dice dónde detectó por
última vez el objeto que lleva el localizador, digamos que el coche. Te
dice dónde estaba, pero no te guía hasta él. Sólo es capaz de detectar
la proximidad, aunque no la dirección. Funciona con Bluetooth 4.0, de
muy bajo consumo, pero no se puede configurar la distancia a la que te
tiene que avisar. De esa forma, como el Bluetooth tiene un rango de
entre 10 y 30 metros, saltará la alarma cuando te alejes ese distancia.
Mide 37 x 37 x 9 milímetros, pesa 12 gramos, es resistente al polvo y al
agua (IP67), lleva una pila reemplazable que le da vida para un año y .
cuesta 20 euros.
La noticia está bien pero:NO HAY OPINIÓN.(Cris 6ºB)
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